Pérez (2014) explica que una teoría puede ser el
conjunto de leyes y mandatos que permiten el establecimiento de vínculos entre
acontecimientos o fenómenos; puede referirse a la hipótesis cuyo resultado se aplica
a una ciencia o al conocimiento que aún no pudo ser demostrado.
Las teorías del aprendizaje se fundamental en la
descripción de un proceso que permite que una persona pueda aprender algo. Las
mismas pretenden entender, anticipar y regular la conducta a través del diseño
de estrategias que faciliten el acceso al conocimiento. Una teoría del
aprendizaje, de este modo, busca la interpretación de los casos de aprendizaje
y sugiere soluciones a inconvenientes que pueden surgir en este tipo de
procesos. Es importante tener en cuenta que éstas son variadas y pueden
enmarcarse en distintas corrientes del pensamiento.
Según Pérez (2014), son muchas y variadas las
teorías del aprendizaje que existen, aunque entre las más significativas se
pueden subrayar las siguientes:
El Conductismo
Sus
principales representantes, son: Iván Petrovich Pavlov, John Broadus Watson,
Edward Thorndike y Burrhus Frederic Skinner. Los inicios de la teoría se
remontan a las primeras décadas del siglo XX. El conductismo surge como una
teoría psicológica y posteriormente se adapta su uso a la educación. Esta es la
primera teoría que viene a influenciar fuertemente la forma cómo se entiende el
aprendizaje humano.
Para Pérez
(2014), el conductismo ve al alumno como un sujeto cuyo desempeño y aprendizaje
escolar pueden ser arreglados o re-arreglados desde el exterior (la situación
instruccional, los métodos, los contenidos, entre otros), basta con programar
adecuadamente los insumos educativos, para que se logre el aprendizaje de
conductas académicas deseables. El conductismo pretende que el alumno responda
a los estímulos ambientales y que se convierta en un ser auto-disciplinado. El
trabajo del profesor consiste en desarrollar una adecuada serie de arreglos de
contingencia de reforzamiento y control de estímulos para enseñar. Aunque se ha mantenido durante más años y con mayor
tradición, no encaja totalmente en los nuevos paradigmas educativos, porque
percibe al aprendizaje como algo mecánico, deshumanizado y reduccionista.
El Cognitivismo
Para Pérez
(2014), las teorías cognitivas se focalizan en el estudio de los procesos
internos que conducen al aprendizaje que ocurren en el individuo cuando
aprende, ingresa la información y se transforma en conocimiento. Considera al
aprendizaje como un proceso en el cual cambian las estructuras cognoscitivas,
debido a su interacción con los factores del medio ambiente. La principal
característica es que considera al sujeto como un ente activo, cuyas acciones
dependen en gran parte de representaciones y procesos internos que él ha
elaborado como resultado de las relaciones previas con su entorno físico y
social.
Para el autor antes citado, el cognitivismo se basa
en que el individuo integra nueva información en el esquema cognitivo
existente, centra su atención en el estudio de cómo el individuo construye su
pensamiento a través de sus estructuras organizativas y funciones adaptativas
al interactuar con el medio, y se concentra en la construcción de modelos que
expliquen el comportamiento humano y los procesos según los cuales se resuelven
los problemas. El enfoque cognitivo está basado en la idea de que el
aprendizaje tiene lugar cuando un alumno coloca nueva información en una
memoria a largo plazo (paradigmas educativos). El cognitivismo pregona que las
TIC son más útiles cuando implican un estilo de comunicación sincrónica más que
asincrónica en la interacción que se lleva a cabo entre el docente y sus
alumnos y entre estos últimos. Así pues, un uso intensivo e interactivo de las
TIC aumenta el nivel de aprendizaje.
El Constructivismo
Según Pérez (2014), los representantes más
destacados del constructivismo, son: Jean Piaget, David Ausubel y David
Jonassen. Para ellos el constructivismo es en primer lugar una epistemología;
es decir, una teoría que intenta explicar la naturaleza del conocimiento
humano. Asume que nada proviene de nada, esto quiere decir que el conocimiento
previo da nacimiento a conocimiento nuevo. En esta teoría, el aprendizaje es en
esencia activo, esto significa que una persona que aprende algo nuevo, lo
incorpora a sus experiencias previas y a sus propias esquemas mentales, como
resultado, el aprendizaje no es pasivo ni objetivo; es subjetivo, porque cada
persona lo va modificando a la luz de sus experiencias.
Piaget afirma que el aprendizaje no es:
una
manifestación espontánea de forma aislada, es una actividad indivisible
conformada por los procesos de asimilación y acomodación, el equilibrio
resultante le permite a la persona adaptarse activamente a la realidad, lo cual
constituye el fin último del aprendizaje. David Ausubel distingue entre
aprendizaje receptivo, repetitivo, memorístico (no significativo) y aprendizaje
significativo receptivo, ambos pueden producirse en situación escolarizada, a
partir de la clase magistral y la metodología expositiva, con material
audiovisual o con recursos informáticos.
Lanza (2015)
cita a Boza y Toscano (2011), quienes refieren que la teoría constructivista se
ensambla con las nuevas Tecnologías de la Comunicación e Información (TIC), al
presentar nuevos espacios creativos para que los estudiantes se expresen y
demuestren sus capacidades, así como la adquisición de conocimientos. Bajo la
concepción constructivista y el uso de las TIC, los profesores estimulan a los
estudiantes a que amplíen sus búsquedas de información, que utilicen Internet
donde hay toda una variedad de recursos útiles a su formación académica e
intelectual, a pensar libremente, y a desplegar su capacidad creativa. Sirven,
además, para estimular el compromiso activo, la participación en grupos, y la
interacción frecuente entre los propios estudiantes y el profesor, facilitando
la realimentación.